No, de ninguna manera. La seguridad pública siempre ha sido la principal prioridad para la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y los desarrolladores de vacunas, y esto es especialmente cierto hoy en día durante una pandemia. El proceso de desarrollo de vacunas está diseñado para incluir una revisión por múltiples organismos independientes y expertos para garantizar que todas las vacunas que llegan al público – incluso aquellas desarrolladas durante una pandemia – sean seguras y efectivas.
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Precedente histórico de la FDA
Por más de un siglo, la FDA ha sido el principal organismo de control del país para garantizar que los medicamentos y las vacunas sean seguros. La organización cuenta con un largo historial de promover los intereses de los pacientes cuando se trata de innovación médica. Además de la seguridad, la ciencia y la transparencia también están en el eje de todo lo que hace la FDA. Esto incluye los varios niveles dentro del proceso de ensayo clínico y el riguroso proceso de aprobación regulatoria para nuevas vacunas. Los expertos independientes quienes componen estos diferentes niveles de seguridad dependen de los datos y la ciencia – no de la política – para tomar decisiones importantes. Las diversas medidas de control garantizan que cada producto médico que llega al público cumpla con todos los requisitos y haya sido examinado minuciosamente en cuanto a su seguridad y su eficacia no solo por uno, sino por varios grupos asesores de expertos independientes.
